“Que esperas para dejarte usar por Dios”
“Que esperas para dejarte usar por Dios”
La semana pasada la enseñanza hablo sobre
la Gracia de Dios en nuestras debilidades. Termine diciendo que…
“Tu debilidad es terreno fértil para que la
gracia y el poder de Dios se manifieste”
No hay razón o escusa suficientemente grande para
nosotros dejar de hacer la voluntad de Dios. ¡Dios quiere usarte no empecé a tus
escusas o debilidad!
D.L. Moody una ves dijo “El
mundo esta por ver y experimentar lo que Dios puede hacer a través de un hombre
o una mujer que se entrega enteramente a Dios”
Dios sigue buscando y llamando a hombre y
mujeres para llevar a cabo su propósito de salvar al pecador. Dios llamo a
gente que pensaban de si de una manera totalmente opuesta a como Dios los veía.
Gente
ordinaria para hacer cosas extraordinarias.
“Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes
que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te
di por profeta a las naciones. Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no
sé hablar, porque soy niño. Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a
todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de
ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová”. (Jeremías 1:4-8)
Por más insignificante que creas ser, por más
debilidades y errores en los que te concentres, debes estar consciente de que
Dios quiere que seas un instrumento de bendición. Él quiere que cumplas con la misión que ha depositado en tu
corazón. Quiere que te allegues a las almas a través de lo que hagas y le hagas
saber que él existe, que es real y que quiere salvarlos.
Moisés presentó excusas ante Dios cuando
recibió el llamado. Puso su tartamudez como limitación para ser usado. El
profeta Jeremías dijo que era un niño, Gedeón puso varias señales para
confirmar y estar seguro que era Dios quien lo comisionaba. Jonás no quería ir
a Nínive. Pero debemos saber que las cosas no son a nuestra manera y que cuando Dios coloca su mirada sobre
nosotros es porque quiere que seamos de bendición para otros. Lo vemos
en la vida de Jeremías, él fue un instrumento tan maravilloso en su tiempo.
Tuvo que sentir miedo muchas veces, pero más grande fue el poder de Dios en su
vida. Dios se glorificó a través de
sus debilidades. Hubo muchos momentos en que lloró, pero no desistió de
hacer aquello para lo que había sido escogido y llamado. En el capítulo
20:7 de su libro dice: ¡Me sedujiste, Señor, y yo me dejé seducir!
Fuiste más fuerte que yo, y me venciste. Esto nos explica como Jeremías
sometió su voluntad y sus deseos al Señor. Como su vida fue quebrantada y así
como vaso en mano del Alfarero, fue hecho una vasija nueva.
Es tiempo ya de que entiendas que Dios quiere que
seas un agente de cambios. Que seas el que
pone la paz donde hay rencilla. El que consuele donde hay dolor. El que imparta
alegría y humor, cuando la vida da golpes irónicos. Dios quiere que seas la luz
en medio de las tinieblas. Los ojos de los que no ven, la voz de los que no pueden
hablar o son indefensos y los oídos de los que no pueden escuchar. ¿Qué estás esperando para accionar? ¿Qué
excusas estás poniendo? ¿Bajo qué premisa te justificas? ¿Es que acaso no has
logrado entender la magnitud de lo que Dios quiere hacer en ti? No
importa si es poco o mucho; si la tarea es grande o parece pequeña. Dios no
estima las cosas del modo en que nosotros los humanos, las miramos. Dios observa la actitud y la obediencia; la
pasión y la entrega. La devoción y la disposición.
Esto no se trata de edades, de quién es
más lindo o feo. Tampoco tiene nada que ver con que seas una persona que muevas
grandes masas y tengas gran influencia o ninguna. Se trata de aceptar el llamado y poner manos a la obra. Algo que se
usa es aprovechado. Dios quiere destinarte
a que seas un militante de su reino. Deja de andar peleando con tus
inseguridades y miedos. Cree y camina en
la libertad y certeza que Dios te ha entregado. Vive como el hijo de Dios que
eres. No andes enlutado ni cabizbajo por la opresión del enemigo. No deje que tu alma se turbe, no te
amedrentes. Vive el sueño que Dios tiene para ti. Abraham dejo su
comodidad, creyó a Dios y recibió la promesa que Dios le dio. Jacob vivió el
sueño de Dios en su vida y experimentó la gloria de Dios majestuosa y suprema. Sé tú
el lápiz y deja que Dios escriba las páginas que llenan el libro de tu vida.
El ministerio de 40 años de Jeremías era
una maravillosa demostración de fidelidad y coraje a la vista de gran desanimo,
oposición y pequeños resultados.
Cuando Dios usa a una persona, Él no
borra su personalidad – Él quiere usar la personalidad santificada de esa
persona. “Dios quería a un hombre de corazón tierno y amable para este
ministerio”
Vino, pues, palabra de Jehová a mí: Jeremías tuvo un encuentro personal con el Señor. Al parecer
creció en un hogar piadoso y sacerdotal – sin embargo, él tuvo que tener un
encuentro personal con Dios y su Palabra.
Antes que te formase en el vientre te conocí… te di
por profeta a las naciones: Jeremías era un
joven, pero Dios quería que él supiera que su llamado iba mas allá de su
juventud. Jeremías existió en la mente y en el plan de Dios mucho antes de que
existiera en el vientre de su madre. Dios le dijo esto a Jeremías para
que pudiera caminar sobre el plan pre-ordenado de Dios por su propia voluntad.
No digas: Soy un niño: Aunque la protesta de Jeremías era verdadera, también era
irrelevante – y Dios simplemente no quería escucharla, y tampoco quería que
Jeremías la dijera. Dios insiste en su derecho de llamar a las personas jóvenes y
utilizarlas si ellas escuchan el llamado y lo responden.
No temas delante de ellos, porque contigo estoy para
librarte: Jeremías tenia dos razones para
tener miedo. En primer lugar, era joven. En segundo lugar, su mensaje era
difícil de escuchar. Sin embargo, la presencia de Dios con él era mas grande
que esas dos razones.
Dios sabia que Jeremías tenia la personalidad y
carácter para cumplir este llamado al pasar de los años.
“Así como Isaías habla carca de la salvación del
Señor, Ezequiel de la gloria del Señor, y Daniel del reino del Señor, por lo
tanto, Jeremías proclama sin cesar el juicio del Señor.”
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